¿A quién has llamado? ¿Dónde has estado? ¿Acaso has convivido? Sabes que eso no existe, cuéntame la historia, vamos a quedarnos hasta que tengamos un final, de los felices.
-¡Cuéntame el final, cuéntame el final! repitió insistente como si fuera una niña chica.
El vacío con todo su eco le rebotó en la cara.
Ni saludos ni adioses, bastaba un punto. Y seguido. E iba a volver a aparecer. Otro fantasma. Se vende casa encantada. Y encantada estoy. Me apasionan las mudanzas.
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