Es tiempo de escribir deseos que se harán realidad, porque
eso es lo que debe suceder con los deseos.
Así que te escribo y te pido que vengas. Que dejes ya esa
dureza de eones. Que te rindas en tu empeño baldío y entregues las armas a
quien quiera guerras. Que seques el sudor de tu frente, Ulises, te vistas de
velas blancas y acudas a este hogar de pan caliente. Para que después, si
quieres, continuemos juntos este viaje inevitable.
Fuente: Un tren sobre la tierra
2 comentarios:
¿Crees que, de tanto desear, la vida se apiadará de nosotros y nos traerá aquello que anhelamos? ¿Aun a pesar de no tener manera de entregar nuestro ruego a Ulises?
Creo que siempre nos devolverán lo que de alguna u otra forma, nos perteneció. A Ulises es fácil decirle las cosas, el problema está en que conteste, que a veces se piensa mucho las cosas.
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