sábado, 9 de febrero de 2008

A gritos de esperanza

Como una niña pensaste que todo iba a acabar en un final feliz, sin saber que los finales felices no existen aquí. Pensaste que olvidarías cómo empezaste a recordar, pero una noche de verano el cielo se despertó y te dijo que ya no existían las princesas, se habían borrado del tiempo, tampoco los bellos corceles que trotaban por las laderas. Sin embargo, sí existían los caballeros.
En esa habitación oscura descubriste la verdad, estaba oscura sí, pero el caballero seguía ahí, cómo siempre, no se iba a mover, su intención: clara, defenderte, a tí, a esa niña que siempre sufrió en silencio. ¿Ilusión, palabras, que importaba ya? El caballero cogió su espada y te mató, mi niña, te mató, fue así, por cruel que fuera, él no podía verte sufrir, te había enseñado demasiadas cosas como para darse por vencido ahora, el secreto tenía que permanecer oculto. Besó tus labios, niña, como si quisiera inundar de pureza tu vida, llena de penas. Con todos días que esperaste ese amargo beso, justo en el último de tus días lo recibiste...


Con esa espada con la que tantas batallas habíais ganado juntos (él luchando y tú esperando en tu torre) decidió hacerlo público, su amor, aquella sensación tan bonita que había surgido tan despacio.


Yo lo vi todo, vi como esperabas a que el verdugo bajase la fina cuchilla que se había hecho esperar tanto. Miraste hacia arriba, fue la última vez que lo hiciste, al siguiente momento, tu cabeza y tu cuerpo ya no eran uno. Tu caballero fue tu aparente verdugo, lo supiste durante toda tu vida y sin embargo no te alejaste de él. Habías perdido la cabeza por él, por tu caballero, ese que tantas mañanas te fue a despertar.


Mas ya no quedaban mañanas, en la plaza sólo había lágrimas, que inundaban el pueblo que contó una vez la historia del caballero y la doncella. La gente, en el pueblo seguía gritando de rabia, te querían, sí, era verdad, pero ellos habían sido tus verdaderos asesinos.

4 comentarios:

la cocina de frabisa dijo...

bonita y sin embargo, amarga historia. Un beso

Sibyla dijo...

Alu, bello cuento agridulce...
No sé si es una metáfora, hablando acerca de la violencia de género?
En el hogar, realmente el caballero debe siempre proteger y defender a su princesa, pero en ocasiones esos finales felices terminan con un vil y cruel asesinato.
En demasiada ocasiones el verdugo es la propia pareja...
Besitos Alu:)

4nigami dijo...

Una historia muy bonita y que hace pensar en un par de frases... genial =) Me ha encantado ^^
Besos!!

Eduardo Arias dijo...

Si yo hubiera escrito la mitad de bien que vos a tu edad, ahora lo haría mucho mejor de lo que lo hago. Felicitaciones