Batalla perdida

Así estoy, huyendo de esta realidad que desde hace tiempo hace daño a mis ojos. Esta es la escena, me miras fijamente esperando una batalla final, las cosas no se resuelven a sangre fría pero ya ha habido demasiado tiempo para reflexionar. Empuña uno de tus veinte escudos, el que mejor esté forjado y defiendete si puedes, de estas lágrimas que se esconden ahora en una tierra vencida. No quiero arrepentimientos, ya los tuve en su momento, ahora de nada sirven. Empuña tu arco, hazlo, apunta ¿estás preparado para sufrir? Sufrir de gloria, porque de esta batalla no habrá ganadores ni perdedores sólo sangre esparcida sobre el campo de batalla . ¿Me conoces ahora, tú Varón de Malko, hijo del mismísimo Sol? Soy yo, sigo siendo el mismo, a mí me viste crecer y en mí depositaste todas tus enseñanzas mientras te forjabas con el hierro equivocado. Ahora me tienes frente a frente, demúestrame si de verdad tienes la fama que tienes y por qué. ¿En qué te has convertido? ¿Son estos ojos que están cegados de rabia? Tú sabes por qué, venciste a mi país, al lugar dónde nací y eso es imperdonable por eso ahora ofrezco mi vida en consecuencia, el sacrificio es sano, es justo, mi vida por los míos ¿acaso tú no has hecho lo mismo?

Despídete de los tuyos pues continuarás siendo mi enemigo la próxima noche y la siguiente. Ardo en deseos por armar a mis ejércitos y demostrarte, oh Varón de Malko, de lo que somos capaces. La primera vez que derruisteis nuestras murallas pensábamos que sólo era una advertencia, ahora no, venís sedientos de venganza, no lo entiendo pero ante todo, mis soldados y yo no nos pensamos rendir. Ahora, vamos arrodíllate, suplícame compasión, te puedo ver, ¡cómo estoy disfrutando de este momento! Venganza...dulce venganza, hogar...dulce hogar.

Intenta ahora alzar a tus ejércitos, ahora, ahora que no eres nadie.