miércoles, 28 de enero de 2009

Trino (II)

Lo que no esperaba era la carta que recibí a primera hora de la mañana. Estaba metida en un sobre totalmente blanco, sin remite ni sello, únicamente con mi nombre escrito con letras inidentificables. La reseña que había en su interior no dejaba lugar a ninguna duda: TEN CUIDADO CON ERIK. TÚ ERES UNA MÁS DENTRO DE SU JUEGO. En la primera persona que pensé como autora de semejante broma pesada fue, muy a mi pesar Adrien. No sabía como reaccionar cuando me encontrara a los dos ese día en clase, y tampoco lo quise pensar demasiado, así que simplemente tiré esa nota y me fui a la ducha.


A la hora de salir de casa, pude comprobar que Adrien me esperaba como todos los días, aunque se mantuvo en silencio todo el camino. Ninguno de los dos se digno a mirar al otro, y pude sentir como el dolor que cruzaba mi corazón era únicamente comparable al del mismo Adrien. Cuando llegamos a clase, vi que Erik nos estaba esperando, o al menos a mí. Adrien se puso muy tenso, y se alejó de mí, dirigiéndose hacia nuestro sitio habitual en el aula. Erik se me acercó, y pude sentir que mis más simples instintos despertaban en mí, haciéndome olvidar de nuevo el resto del mundo. Mis labios me pedían contacto con los suyos, mi mano se deslizaba hacia su cuello y mi cabeza se inclinó sobre la de él. Nos dimos un largo beso, esta vez sin ninguna duda de que lo quería, lo necesitaba, incluso lo ansiaba… Como no, se me pasó por la cabeza fugazmente una imagen de Adrien, pero traté de borrarla totalmente: en esta ocasión sí funcionó.


El sonido de un carraspeo nos asustó. Era el profesor White, y nos estaba echando una mirada inquisitoria. Erik y yo entramos en clase apresuradamente, sin detenernos a mirar a nadie. Me sentía culpable por Adrien, así que no me senté a su lado.; tampoco quería herir a nadie, por lo que no me senté con Erik, simplemente me coloqué en la última mesa al fondo de la clase, y me evadí durante todo el día.Estaba con una gran duda: ¿qué decirle a Adrien? Mi cabeza quería hablarlo razonadamente con él, pero yo no me sentía con fuerzas ni para mirarle a la cara. Decidí hablar con el en el camino de vuelta a casa, pero no me esperó, en cuando sonó el timbre liberador no pude ni tan siquiera decirle “espérame”.


A quien si encontré esperándome era a Erik. Pude comprobar que cada día era más guapo y más chulo, cosa que extrañamente me reconfortaba. De camino a mi casa, estuvimos hablando de cosas banales, sin apenas acercarnos el uno al otro. Pero la cosa cambió cuando me acerqué al porche de mi casa. Erik se abalanzó sobre mí y me besó con fuerza, con intensidad, con pasión. No nos interrumpió nadie, así que tuvimos todo el tiempo del mundo.Entré en casa aturdida, y lo primero que hice fue entrar en mi habitación y ponerme a llorar como una tonta.


En ese momento sonó el teléfono: era Emma. Se dio cuenta de que estaba llorando, y en media hora la tenía en mi casa consolándome frente a un gran helado de chocolate. Me apoyó sin lugar a dudas, y me dijo que hiciera lo que hiciera, iba a ser lo correcto, siempre y cuando le explicara de una vez todo a Adrien.


Me levanté de la cama para coger otro paquete de pañuelos, y vi un sobre sospechoso junto al teclado del ordenador con una nota de mi madre encima: "Estaba en el buzón, no tenía nada de nada. Mamá." Mientras abría este sobre que ya conocía tan bien, le estaba contando a Emma la historia del otro sobre que había recibió el día anterior. Cuando abrí la carta me quedé estupefacta: HOY TE ACOMPAÑÓ A CASA, Y MAÑANA TE PEDIRÁ UNA CITA EN EL CENTRO COMERCIAL. SI TODAVÍA NO ME CREES… me quedé boquiabierta, y miré a Emma buscando ayuda. Ella me tranquilizó diciendo que podría ser cualquier persona que nos hubiera visto llegar a casa. Pero yo pensé que esta carta ya estaba en casa antes de que yo llegara ¿cómo la podrían haber mandado antes de que sucediera? Emma omitió mis comentarios acerca de las malditas cartas y nos centramos en la futura conversación que tendría con Adrien. Estaba programada para después de cenar y le contaría toda la verdad incluyendo todo el amor que aún sentía por él. Emma me acompañó a casa de Adrien y me deseó suerte para la que se me venía encima.Llamé a la puerta de su casa, un hogar que me traía demasiados buenos recuerdos: las tardes de verano en la piscina, nuestras horas de “estudio” en su habitación, los partidos de baloncesto en su jardín… borré de mi mente todo eso y me enfrenté a la cara de la persona que me recibía con una emoción contenida en su cara, que se transformó en decepción en cuanto supo a qué venía.


Comencé a hablar, sin guardarme ni una sola palabra. Cuando terminé con un triste “…lo siento” me atreví a mirarle a la cara de una vez. No pude adivinar lo que sentía, porque había colocado un muro inquebrantable alrededor de su corazón que me impedía acercarme a él. Cogió aire para hablar varias veces, pero lo volvía a soltar sin lograrlo. Después de unos minutos de gran tensión esbozó una sonrisa amarga y dijo: “yo sí que lo siento” y cerró la puerta dejándome allí sin saber que hacer. Me marché a casa y traté de contenerme las lágrimas, pero no me fue posible. “Bueno” pensé, “mañana será otro día”.


Me levanté sin ganas ni siquiera de respirar, pero reuní fuerzas suficientes como para meterme en la ducha y sumir mis pensamientos en el vacío total. Pero mi cerebro tenía horror vacui y lo primero que se me pasó por la cabeza fue la carta, ¿se cumpliría lo que el autor había predicho?No encontré a nadie delante de mi casa, y me lo esperaba, así que me encaminé a la rutina diaria del instituto. A la primera persona que encontré fue a Erik, que me dedicó una gran sonrisa, y se dirigió a darme un beso. Pensé que no era el lugar idóneo, por lo que sólo dejé que me diera un beso rápido. No se molestó, y me cogió de la cintura para llevarme hasta su asiento.El día me pasó volando, y si alguna vez sentía algo de dolor miraba a mi derecha y lo veía a él. Me hacía olvidar todo lo malo que tenía en mi corazón.


Terminaron las clases sin pena ni gloria, y Erik y yo nos dirigimos hacia mi casa. Me preguntó si me gustaría ir con el al centro comercial esa tarde. Entré en un estado de shock y recordé la carta que me habían mandado avisándome de esto. Moví la cabeza espantando esos estúpidos pensamientos y acepté la invitación que me ofrecía.En cuanto llegué a casa llamé a Emma, necesitaba escuchar un “no te preocupes, pásalo bien”. Efectivamente, me animó e hizo que tuviera muchas ganas de acudir a mi cita. Me puse mi falda nueva y un jersey azul claro, cosas sin estrenar que tenía en el armario olvidadas, y en lo que me parecieron segundos estaba Erik llamándome a la puerta.


Inspiré profundamente y salí a la calle a recibirlo con un fuerte beso. La tarde en el centro comercial fue perfecta, fuimos al cine y tomamos un helado. Para rematar la tarde nos sacamos unas cuantas fotos en un prado de los alrededores. Estábamos tumbados esperando que la noche se inclinara sobre nosotros y él se abalanzó sobre mí. Me puse muy nerviosa, porque nunca había dado ese paso con alguien que no fuera Adrien, pero su seguridad me dio mucha confianza, así que simplemente me dejé llevar…

Llegué a casa muy tarde, tanto que mi madre ya estaba dormida. Entré en casa silenciosamente y me acosté en la cama, recordando todos los momentos pasados aquella tarde. Alcé la vista y mis ojos se detuvieron nuevamente en mi escritorio, en un sobre en blanco, sólo con mi nombre en un lado. Reuní todas mis fuerzas y me dirigí hacia él, lo abrí y encontré otra nota: VEO QUE NO ME CREES ¿VERDAD? TU QUERIDO ERIK TIENE UNA PEQUEÑA CICATRIZ EN LA PARTE INTERIOR DEL MUSLO. BUSCA EN LAS FOTOS DE HOY. Me lancé a las fotos que habíamos hecho ese día, recordando que debía de guardar algunas en un sitio recóndito hasta que vi esa cicatriz. Casi se me cae la cámara de la impresión. ¿Cómo esa persona podía saber tanto acerca de Erik? Vale, una novia despechada. Pero así todo, ¿para qué me quería avisar del peligro que corría? ¿No tendría que ser al contrario?


Continuará...

4 comentarios:

Ana dijo...

Ese final en la parte más interesante del relato te deja con ganas de saber el final =)
Espero que le guste a la gente, y en concreto, a ti.
Muchisimos besos Alu!
El sábado ParquePrin^^
Te quiero ♥♥

Miguel dijo...

¿Qué pasará? ¿Quién es el misterioso autor de las cartas? Espero a nuevas entradas.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Dado tu calidad a la hora de escribir, te invito a un concurso de literatura en mi blog. conociendote, tienes opciones de ganar.

un beso.

Lorena dijo...

Hola!

He llegado a tu blog por casualidad, y he leído algunas de tus entradas. La historia de Erik y Adrien me ha dejao muy intrigada... Espero que tú y tu amiga Ana os dcidáis a publicar pronto el desenlace.

Un abrazo!