Pensar que hace 17 años y un día asomé la cabeza para quedarme...
Han cambiado tantas cosas, ahora me paro y reflexiono. Me gusta mi vida como es, entre ayer y hoy mi vida ha dado un vuelco y he de decir que me lo estoy pasando realmente bien, con ganas de dormir y un dolor de espada terrible, pero genial, sinceramente, con ganas de bailar, de gritar, preparada para saltar, cantar y ser literaria a la vez. He aprendido muchas cosas, entre ellas a dejarme llevar, a querer, a pensar con la cabeza, a dejar las cosas claras, a ser solidaria, a no serlo, a sacar la parte rencorosa de mí, a perderme por Madrid, a volver a encontrarme, a dejar las cosas pasar, a que me importe lo que de verdad debe importar...
En resumen no está tan mal, ¿no?

Sólo tengo una palabra más para reordenar todo este jaleo que tengo montado en la cabeza: GRACIAS, a los que estáis en mi vida (cerca o lejos) y a los que habéis estado en algún momento. Gracias por las llamadas, los mensajes, comentarios, privados y regalos, me han hecho muchísima ilusión sobre todo de los que estáis más lejos por echaros ayer un poquito menos de menos que de costumbre. Por esas sonrisas que hicisteis que se dibujaran en mi boca. Gracias.
Lo importante es sonreír, lo demás corre a mi cuenta. Hoy por fin he podido pasarme la tarde vagueando porque los exámenes han acabado y mi cabeza ha estado asimilando que afortunadamente la Navidad ya ha llegado.


