Pues no, ¿qué quieres que te diga, chico? (¿quieres que te diga "chico"?) Tú no eras así. Respondías con la mirada para que la luna te reflejase y no te importaba alzar la pierna siempre que fuera para dar un paso hacia delante. Empezaste y seguiste. Necio y terco, contra la pared. Tan duro de pelar. Imaginó ocasiones pero faltaban valores. Ya no hay corazones. Ahora todo transcurre lento, sin hablarnos. A la vuelta del tiempo, una dama y un vagabundo cenan espaguetis y un novio y una novia ven una película de un robot que bebe Coca-cola en el espacio y se enamoran con "Cantando bajo la lluvia" cuando y desde que las casualidades existen, hicimos la nuestra realidad. Deja de leer ya.
Punto y coma, punto, coma y otra vez punto, vas más despacio, ¿no ves que ésto sigue estando en el mismo punto? Tenemos un espagueti cada uno de los dos apresado entre los dientes, tú lo agarras con fuerza y a mí se me resbala y desaparece. La cosa es que los dos comemos, sí, claro que comemos.
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