Hasta el último momento

Por unos días no estaré aquí. Me iré. Mis maletas: casi hechas, mi destino:Madrid, mi razón: ser eurodiputada por un fin de semana. Todo empezó hace más de tres meses y aún no he reunido las ideas en mi cabeza para poder escribir esto, hasta ahora. Fue un trabajo de investigación sobre los inmigrantes y el sistema educativo el que me dio la oportunidad de ir a Madrid. Ese trabajo fue seleccionado, mi cara al ver el monitor del ordenador y mi nombre como seleccionada fue de sorpresa total, ¡no me lo creía!. Fue increíble.

Después, todo fue demasiado rápido, el tiempo se escapaba de nuestras manos, primero el lío este de quitar las excursiones en el instituto, que la verdad fastidió bastante y luego la desesperación de no saber se íbamos a Madrid o no. Hasta el último momento no lo supimos, no nos quitábamos ese pensamiento de la cabeza ¿irémos? ¿no iremos? la verdad es que esa incertidumbre fue bastante cruel. Preguntar todos los días y que no sepan qué contestarte. Un problema seguía a otro. Hasta hace dos días todo eran impedimentos ¿con quién ir? ¿cómo ir? sin información, sin ayuda, la verdad es que estabamos bastantes perdidas. Hasta hace dos días no se sabía nada seguro, cruzamos los dedos, gritamos de alegría, al final íbamos a Madrid, lo habíamos conseguido entre súplicas y esfuerzo.

Era una oportunidad espontánea que había que aprovechar. Ahora todo está a nuestros pies. No me lo creía hasta este momento, hasta que vinieron esos dos ángeles que nos dijeron que íbamos a ser eurodiputadas de todos modos, que de hecho ya lo eramos. A veces conviene que te recuerden las cosas para que te las creas, cómo esos tontos ilusos que se pellizcan para saber si lo que están viviendo es un sueño. Ahora sólo nos queda pasarlo bien y a disfrutarlo que nos lo merecemos. Jaja, ¡qué modesta que estoy hoy!

Hoy he visto otra vez esa imágen que me ha enseñado de nuevo la realidad, era un periodista, me encantó la entrevista que nos hizo incluso tuve el valor para decirle que yo quiero ser de mayor cómo él. Me encantó cómo hablaba, lo gracioso que era, cómo nos trato, me gustaría cumplir ese sueño de ser cómo él algún día.

Mañana a las nueve y media me espera un avión. No habrá impedimentos ya, ni siquiera cabras, sólo sueños por cumplir. Espero pasármelo lo mejor posible.

Sueño a sueño hasta el último momento. Aunque no tenga tiempo ni para dormir.

¡Feliz San valentín a todos!