Poesía secreta, la que se vislumbra en tus labios, la que amanece cada día de un nuevo calor. ¿Te he hecho yo eso? La que me hace llamarte y enterarme de todo en una entrevista de lo más aburrida, esa soy yo ahora. Y vuelvo a llevarme el trabajo a casa y desde casa me dices que aún no has acabado y me quedo en el aire, esperando la próxima señal que posiblemente sea el detonante de toda iniciativa que pudiera haber existido nunca. Jadeos al principio y al final, que no valieron de nada.
2 comentarios:
Qué bonito!
Poco cariño y comprensión se respiran en estos pensamientos...
Besos!
lo que yo queria, gracias
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