sábado, 9 de abril de 2011

Ese chico me está mirando, creo que me lo voy a comer

Pelirroja viviendo entró de un traspiés en el tren. Buscaba un sombrero que encapotara sus pensamientos en un día de lluvia. Puso a cada una de las figuras tumbadas de una forma tan cubista que parecían picassos. Pelirroja despidiendo arrojó más de un pañuelo al suelo. Lo llamaban pasión. Pelirroja siendo egoísta no cedió más que un sino a la persona en cuestión. Pelirroja siendo el huso de la rueca terminó pasándose de parada. Pelirroja.

2 comentarios:

susana dijo...

pelirroja...

B. Rivero dijo...

Los peligros de las distracciones, supongo.
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